UN JUICIO DIVINO

Oct 24, 2024

SALMOS 106:13-18

13 Sin embargo, ¡qué pronto olvidaron lo que él había hecho!
    ¡No quisieron esperar su consejo!
14 En el desierto dieron rienda suelta a sus deseos;
    pusieron a prueba la paciencia de Dios en esa tierra árida y baldía.
15 Entonces les dio lo que pedían,
    pero al mismo tiempo les envió una plaga.
16 La gente del campamento se puso celosa de Moisés
    y tuvo envidia de Aarón, el santo sacerdote del Señor.
17 Por esa causa la tierra se abrió;
    se tragó a Datán
    y enterró a Abiram junto con los otros rebeldes.
18 Sobre sus seguidores cayó fuego;
    una llama consumió a los perversos.

Estimado lector:

Israel paso rápidamente de la fé a la ingratitud. La fe, apoyada en lo que pudieron ver, fue fuerte y fácil de cantar; pero la tensión y el estrés regresaron, el Poder de Dios fue olvidado y dejaron de buscar Su consejo. 

Atacaron a Moisés y a Aarón. A Moisés, por envidia  (Números 16:3 y 16,13); en lugar de agradecerle, por su dedicado y arduo trabajo en el campamento, aunque haya cometido errores ( Éxodo 32). Aarón, por su parte, también erró; pero había sido el sacerdote designado por 

Dios.

Coré dirigió esta rebelión, con sus dos aliados:  Datán y Abiram. 

Pero, después, se abrió la tierra y se tragó a todos los hombres de Coré, y a todos sus bienes. (Números 16: 31-32).

También salió fuego de delante de Jehová, y consumió a los doscientos cincuenta hombres que ofrecían el incienso. (Números 16:35).

Cuando se permite que los anhelos impíos gobiernen la vida y se cae en la envidia, Dios puede enviar mortandad al alma.