UN HUMILDE LLAMADO DE SOCORRO

Feb 5, 2024

SALMOS 40:13-17

13 ¡Por favor, Señor, sálvame!
Ven pronto, Señor, y ayúdame.
14 Que los que intentan destruirme
ser humillado y avergonzado.
Que los que se deleitan con mis problemas
ser devuelto en desgracia.
15 Que se horroricen de su vergüenza,
porque dijeron: “¡Ajá! ¡Lo tenemos ahora!

16 Pero que todos los que te busquen
llenarse de gozo y alegría en ti.
Que los que aman tu salvación
griten repetidamente: “¡El Señor es grande!”
17 En cuanto a mí, que soy pobre y necesitado,
que el Señor me guarde en sus pensamientos.
Eres mi ayuda y mi salvador.
Dios mío, no tardes.

Estimado lector:

Como en muchos de sus salmos, David enfrentó problemas y, aunque Dios lo había librado antes, la amenaza persistía. Por eso, clamó con urgencia para que sus enemigos huyeran derrotados, de acuerdo con los principios de justicia y con la promesa de Dios de maldecir a los que maldijeran a los suyos.

La oposición humana, manifestada en egoísmo, envidia, malicia y soberbia, puede ser enemiga que se levanta contra los hijos de Dios, incluso en el ámbito espiritual. Sin embargo, es importante no permitir que esto apague el gozo y la seguridad, confiando siempre en la verdad de que Él se preocupa por sus hijos y acude en su ayuda y liberación.

Si Cristo ha triunfado sobre los enemigos terrenales y espirituales, entonces, a través de Él, todos los que en Él crean serán más que vencedores. Cuando un hombre reconoce sus debilidades y llega humildemente a buscar a Dios, se convierte en un corazón que ha dejado la arrogancia o la autosuficiencia de confiar en su propia fuerza. El Señor toma en cuenta a los humildes que le temen y viene en su socorro.