SALMOS 89:5-10
5 Todo el cielo alabará tus grandes maravillas, Señor;
multitudes de ángeles te alabarán por tu fidelidad.
6 Pues, ¿quién se compara con el Señor en todo el cielo?
¿Qué ángel poderosísimo se asemeja en algo al Señor?
7 Los poderes angélicos más altos quedan en reverencia ante Dios con temor;
él es mucho más imponente que todos los que rodean su trono.
8 ¡Oh Señor Dios de los Ejércitos Celestiales!
¿Dónde hay alguien tan poderoso como tú, oh Señor?
Eres completamente fiel.
9 Gobiernas los océanos;
dominas las olas embravecidas por la tormenta.
10 Aplastas al gran monstruo marino;[b]
dispersas a tus enemigos con tu brazo poderoso.
¿QUIÉN COMO DIOS?
Estimado lector:
Etán el ezraíta probablemente estaba familiarizado con las palabras de David en el Salmo 19: “Los cielos cuentan la gloria de Dios”. La naturaleza incomparable de Dios es un aspecto de Su santidad. Santo significa ser apartado; Dios es incomparablemente más grande que todas las cosas creadas.
El salmista usó el dominio sobre la bravura del mar, el apaciguamiento de las olas tempestuosas y el quebrantamiento y dispersión del poder de Egipto para ilustrar la omnipotencia de Jehová. Nada se compara a Su omnisciencia, omnipresencia ni a Su omnipotencia. Por eso, no puede compararse a nadie ni a nada, ni en los cielos ni en la tierra. Dios es único y suficiente.