SALMOS 89:49-52
49 Señor, ¿dónde está tu amor inagotable?
Le diste tu palabra a David mediante una promesa fiel.
50 ¡Considera, Señor, cómo pasan vergüenza tus siervos!
Llevo en mi corazón los insultos de mucha gente.
51 Tus enemigos se han burlado de mí, oh Señor;
se mofan de tu rey ungido por dondequiera que va.
52 ¡Alaben al Señor para siempre!
¡Amén y amén!
MI FE EN LAS PROMESAS DIVINAS VS MI REALIDAD
Estimado lector:
Este Salmo 89 surge de una reflexión sobre el pacto davídico (versículos 19-37), que concluye con una queja ante la aparente ruptura de ese pacto debido a las calamidades sufridas por el pueblo (versículos 38-52).
Los versículos 49-52 forman parte de la sección final del salmo, donde el salmista expresa angustia y confusión al observar que las promesas hechas a David parecen no cumplirse en su tiempo. Este fragmento fue probablemente escrito en un momento de gran crisis para Israel, posiblemente durante la destrucción de Jerusalén en 586 a.C. o durante algún otro periodo de declive del reino davídico. La referencia a las “antiguas misericordias” y al “pacto con David” sugiere que el salmista lamenta la aparente desintegración del linaje real de David, lo que resultaría devastador para el pueblo, dado que este pacto era percibido como un compromiso eterno por parte de Dios.
En este contexto, se evidencia una profunda tensión entre la fe en las promesas divinas y la realidad de las circunstancias adversas. Aunque el salmista percibe que las promesas de Dios no se están cumpliendo, continúa reconociendo la soberanía divina al concluir el salmo con alabanza. Este salmo destaca la importancia de la fidelidad y la esperanza en medio de la desesperación.