¡Oh Dios, no guardes silencio!
No cierres tus oídos;
no te quedes callado, oh Dios.
2 ¿No oyes el alboroto que hacen tus enemigos?
¿No ves que tus arrogantes adversarios se levantan?
3 Inventan intrigas astutas contra tu pueblo;
conspiran en contra de tus seres preciados.
4 «Vengan—dicen—, exterminemos a Israel como nación;
destruiremos hasta el más mínimo recuerdo de su existencia».
5 Efectivamente, esta fue su decisión unánime.
Firmaron un tratado de alianza en tu contra:
6 los edomitas y los ismaelitas;
los moabitas y los agarenos;
7 los giblitas, los amonitas y los amalecitas;
y los habitantes de Filistea y de Tiro.
8 Asiria también se unió a ellos
y se alió con los descendientes de Lot.
DIOS ESCUCHA A SU PUEBLO
Estimado Lector:
Asaf cantó esta oración en un momento de crisis nacional. Enemigos determinados a destruir a Israel habían llegado. El salmista mencionó diez naciones diferentes unidas contra el pueblo escogido de Dios, Israel. Diez contra uno es un pronóstico adverso, pero Dios estaba del lado de Israel.
Los enemigos a menudo se unen para atacar a Dios y a Su pueblo. “Y se hicieron amigos Pilato y Herodes aquel día; porque antes estaban enemistados entre sí” (Lucas 23:12).
¿Cuál es tu necesidad que te hace pensar que Dios no responde? Piensa en las batallas de las que Dios te ha sacado y las situaciones difíciles de las que te ha liberado. Hoy te desafíamos a creer que ya has sido escuchado. Dios nunca olvida las necesidades de su pueblo.