SALMOS 73:18-20
18 En verdad, los pones en un camino resbaladizo
y haces que se deslicen por el precipicio hacia su ruina.
19 Al instante, quedan destruidos,
totalmente consumidos por los terrores.
20 Cuando te levantes, oh Señor,
te reirás de sus tontas ideas
como uno se ríe por la mañana de lo que soñó en la noche.
Estimado lector,
El autor del Salmo, Asaf, comprendió que la tranquilidad y la seguridad de los malvados eran solo una ilusión y que en realidad estaban en deslizaderos, listos para caer en cualquier momento. Entendió que la buena vida de los impíos es tan frágil como un sueño, y pronto se despertarán a la realidad.
El creyente no debe comparar la apariencia y prosperidad del impío con la suya propia, ya que el llamado del cristiano es buscar el reino de Dios y su justicia. Asaf admitió que parecía como si Dios estuviera dormido, porque no siempre podía ver Su mano activa de juicio contra los impíos. Sin embargo, sabía que Dios no siempre permanecería en su paciencia hacia los malvados y que un día despertaría y los juzgaría.
“Y sucederá que a cualquiera que no oiga mis palabras que él ha de hablar en mi nombre, yo mismo le pediré cuenta” (Deuteronomio 18:19).
Para los hijos de Dios, Él no solo viene a juzgar, sino que también viene a redimir, salvar y establecer su reino. El juicio de Dios no es solo un castigo, sino también una purificación y un llamado a la conversión.