14Mis enemigos salen de noche
gruñendo como perros feroces
mientras merodean por las calles.
15Escarban en busca de comida,
pero se van a dormir insatisfechos.[c]
16En cuanto a mí, yo cantaré de tu poder;
cada mañana cantaré con alegría acerca de tu amor inagotable.
Pues tú has sido mi refugio,
un lugar seguro cuando estoy angustiado.
17Oh Fortaleza mía, a ti canto alabanzas,
porque tú, oh Dios, eres mi refugio,
el Dios que me demuestra amor inagotable.
Estimado lector:
David estaba siendo perseguido por Saúl y, comparaba a sus perseguidores, con perros escarbando para buscar comida (siendo él esa comida).
Pero la situación de sus perseguidores era de frustración e insatisfacción. David tenía la certeza de que Dios lo protegía y y, por eso, le cantaba alabanzas exaltando Su Poder y Su Amor inagotables, evidenciados a través de Su Misericordia.
Ante situaciones similares, el creyente no se debe detener a considerar qué tan grandes o fuertes son sus enemigos, o cómo será su batalla; sino que, debe creer que no son nada, ante el Poder y la Misericordia de Dios.
El creyente que tiene su confianza en Dios, porque ha encontrado en Su Presencia refugio y fortaleza, alaba y adora a Aquel cuyo inagotable Amor le alcanzó; y esto le da la seguridad de su victoria.
No se fía de su fuerza y habilidad, sino que descansa en el Poder y Misericordia de Dios.