SALMOS 136:1-9
Nueva Traducción Viviente
136 ¡Den gracias al Señor, porque él es bueno!
Su fiel amor perdura para siempre.
2 Den gracias al Dios de dioses.
Su fiel amor perdura para siempre.
3 Den gracias al Señor de señores.
Su fiel amor perdura para siempre.
4 Den gracias al único que puede hacer milagros poderosos.
Su fiel amor perdura para siempre.
5 Den gracias al que hizo los cielos con tanta habilidad.
Su fiel amor perdura para siempre.
6 Den gracias al que ubicó la tierra en medio de las aguas.
Su fiel amor perdura para siempre.
7 Den gracias al que hizo las lumbreras celestiales:
Su fiel amor perdura para siempre.
8 el sol para que gobierne de día,
Su fiel amor perdura para siempre.
9 y la luna y las estrellas para que gobiernen de noche.
Su fiel amor perdura para siempre.
Estimado Lector:
Dios sea alabado como el Creador del mundo. Como el Dios y Salvador de Israel. Por sus bendiciones para todos. Olvidando lo que somos, las cosas a menudo se nos deben repetir. Por “misericordia” entendemos la disposición del Señor para salvar a aquellos a quienes el pecado ha hecho miserables y viles, y toda la provisión que ha hecho para la redención de los pecadores por Jesucristo. Los consejos de esta misericordia han sido desde la eternidad, y sus efectos perdurarán para siempre, para todos los que estén interesados en ella. El Señor continúa igualmente preparado para mostrar misericordia a todos los que lo buscan, y esta es la fuente de toda nuestra esperanza y consuelo.
El salmo analiza la historia de la creación desde un punto de vista original, cuando se despliega en coro, después de cada etapa de esa obra, que su motivo radica en la eterna misericordia de Jehová. La creación es un acto de amor divino”
Tan atrás como la creación, había viajado su ojo, y a lo largo de los tormentosos y turbulentos días pudo detectar el hilo plateado de la misericordia. ¡Oh, que tuviéramos sus ojos para ver siempre el amor de Dios!”.
El tema de la creación en este salmo “… invita al cristiano a no discutir sobre teorías cosmológicas, sino a deleitarse en su entorno, conocido por él no como un mero mecanismo, sino como una obra de ‘amor inquebrantable’. Ningún incrédulo tiene motivos para semejante calidad de gozo”.