SALMOS 104:27-30
27 Todos dependen de ti
para recibir el alimento según su necesidad.
28 Cuando tú lo provees, ellos lo recogen.
Abres tu mano para alimentarlos,
y quedan sumamente satisfechos.
29 Pero si te alejas de ellos, se llenan de pánico.
Cuando les quitas el aliento,
mueren y vuelven otra vez al polvo.
30 Cuando les das tu aliento,[d] se genera la vida
y renuevas la faz de la tierra.
Estimado lector:
Este salmo es un himno sobre la creación de Dios y su cuidado providencial sobre todas sus obras.
La narrativa ofrece una clara ilustración de la soberanía del Creador. Su soberanía establece que Él es el dueño de los tiempos (v. 27), dejando claro que a su debido tiempo Él proveerá a todos aquellos que saben esperar.
Por otro lado, el versículo 28 da una instrucción clara sobre la importancia de guardar y recoger cuando la bondad de Dios satisface la vida, porque ciertamente vendrán temporadas de escasez.
La creación sin la intervención de Dios perece, y esto es algo que el salmista deseaba enfatizar en el versículo 29, incluyendo la vida humana. Una vida sin Dios es una vida sin sentido; vivir ignorando la soberanía del Creador es un salto al vacío, cuyo destino final es la muerte eterna, para “volver al polvo”, pero sin el regalo de la salvación.
Finalmente, el versículo 30 es la máxima expresión de la gracia y misericordia del Creador. Aquellas cosas que mueren son creadas nuevamente, para Su beneplácito y para el beneficio del hombre. Solo a través del derramamiento del Espíritu en la vida del hombre se puede traer nuevamente vida a lo que está muerto o a punto de morir.