SALMOS 104:24-26
24 Oh Señor, ¡cuánta variedad de cosas has creado!
Las hiciste todas con tu sabiduría;
la tierra está repleta de tus criaturas.
25 Allí está el océano, ancho e inmenso,
rebosando de toda clase de vida,
especies tanto grandes como pequeñas.
26 Miren los barcos que pasan navegando,
y al Leviatán,[c] al cual hiciste para que juegue en el mar.
Estimado Lector:
El salmista deja ver tácitamente que lo creado no ha sido al azar, tanto en el cielo como en la tierra, incluyendo la tenacidad del mar y la vida que hay en él.
Menciona cómo se puede ir de un lugar a otro a través del agua de los mares, el transporte, la navegabilidad y lo que ofrece para ejercer gestión comercial al permitir llevar mercancías de un lugar a otro, así como los productos que proporciona. Incluso menciona a una criatura que se nombra en varias partes de la Biblia, aparentemente el animal vivo de mayores dimensiones para la época, y cómo este, a pesar de su tamaño, juega mientras nada tranquilamente de un lugar a otro, destacando la inmensidad de estas aguas.
Al observar la creación con los ojos correctos, es muy fácil entender que esta gran obra tiene no solo un hacedor, sino un propósito, y que toda ella exalta y alaba a su inventor, a quien todo le pertenece, incluyendo a todo creyente. Estar parado en la orilla de cualquier mar y alzar la vista hasta donde alcanza, denota que el océano es, quizá, de lo creado, lo más sorprendente y misterioso, pero también muy beneficioso. ¿Cómo no alabar a su Creador como una gran familia? ¡Somos uno con Él!