SALMOS 104:10-13
10 Tú haces que los manantiales viertan agua en los barrancos,
para que los arroyos broten con fuerza y desciendan desde las montañas.
11 Proveen agua a todos los animales,
y los burros salvajes sacian su sed.
12 Las aves hacen sus nidos junto a los arroyos
y cantan entre las ramas de los árboles.
13 Desde tu hogar celestial, envías lluvia sobre las montañas
y colmas la tierra con el fruto de tus obras.
Estimado Lector:
Este formidable poema refleja el poder creador y la bondad de Dios, mostrando cómo la naturaleza permanece intacta a través del tiempo para que los seres vivos de todas las generaciones la disfruten.
El salmista exalta el control que Dios ejerce sobre la naturaleza y cómo, a través de ella, sustenta la tierra y a sus criaturas, beneficiándolas según sus necesidades. El ser humano, desde antes de la fundación del mundo, ya estaba en la mente de Dios, tanto es así que le preparó de antemano un escenario natural para su supervivencia.
De la misma forma, Dios ejerce su poder de control sobre el creyente, si este se lo permite; lo sustenta y lo protege en todo tiempo. En respuesta, Dios espera que el creyente lo ame, aprecie su obra y cuide de su creación.
El creyente debe tener presente que nunca estará solo mientras tenga a Dios en primer lugar en su corazón. Al igual que el salmista, debe honrar y glorificar a Dios por su creación y por lo que hace diariamente en su vida, entendiendo que Él es más grande que cualquier cosa creada y el único con quien puede mantener una relación sincera. ¡Permita que Dios tome el control de su vida!