SALMOS 119:25-27
25 Estoy tirado en el polvo;
revíveme con tu palabra.
26 Te conté mis planes y me respondiste.
Ahora, enséñame tus decretos.
27 Ayúdame a comprender el significado de tus mandamientos,
y meditaré en tus maravillosas obras.
Estimado lector:
Esta sección del Salmo 119 , inicia con la cuarta letra del alfabeto hebreo Dalet (ד), invitando a reflexionar sobre la Palabra de Dios, como fuente de vida y renovación.
El salmista describe una situación de angustia profunda, y reconoce que, es través de la Palabra de Dios, donde encuentra vida.
En el versículo 25, el salmista muestra que tiene pleno acceso a una conversación con Dios, de manera continua a lo largo de toda la vida; revisando diariamente sus errores, confesando sus pecados, aclarando el camino y poniéndose a cuentas con su Creador.
El creyente en cualquier situación encuentra en la Palabra de Dios, el consuelo, el renuevo, la esperanza necesaria para avanzar en una situación de angustia; es decir, la Palabra de Dios, es suficiente en todo momento.
Es importante clamar a Dios, sabiendo que además de conocimiento, es necesario tener discernimiento. Ambos, son condiciones para meditar en las Maravillas de Dios. Esa es la invitación que hace este texto.