¿QUIÉN ES EL HOMBRE PARA QUE DIOS SE FIJE EN ÉL?

Apr 24, 2025

SALMOS 144:1-15

Bendito sea Jehová, mi roca,

1Quien adiestra mis manos para la batalla,

Y mis dedos para la guerra;

Misericordia mía y mi castillo,

Fortaleza mía y mi libertador,

Escudo mío, en quien he confiado;

El que sujeta a mi pueblo debajo de mí.

Oh Jehová, ¿qué es el hombre, para que en él pienses,

O el hijo de hombre, para que lo estimes?

El hombre es semejante a la vanidad;

Sus días son como la sombra que pasa.

Oh Jehová, inclina tus cielos y desciende;

Toca los montes, y humeen.

Despide relámpagos y disípalos,

Envía tus saetas y túrbalos.

Envía tu mano desde lo alto;

Redímeme, y sácame de las muchas aguas,

De la mano de los hombres extraños,

Cuya boca habla vanidad,

Y cuya diestra es diestra de mentira.

Oh Dios, a ti cantaré cántico nuevo;

Con salterio, con decacordio cantaré a ti.

10 Tú, el que da victoria a los reyes,

El que rescata de maligna espada a David su siervo.

11 Rescátame, y líbrame de la mano de los hombres extraños,

Cuya boca habla vanidad,

Y cuya diestra es diestra de mentira.

12 Sean nuestros hijos como plantas crecidas en su juventud,

Nuestras hijas como esquinas labradas como las de un palacio;

13 Nuestros graneros llenos, provistos de toda suerte de grano;

Nuestros ganados, que se multipliquen a millares y decenas de millares en nuestros campos;

14 Nuestros bueyes estén fuertes para el trabajo;

No tengamos asalto, ni que hacer salida,

Ni grito de alarma en nuestras plazas.

15 Bienaventurado el pueblo que tiene esto;

Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová.

Estimado lector: 

Esta declaración de David, reconoce que su éxito y victorias no dependen de él, sino del Dios que lo llamó. No es solo una oración de ayuda, sino un principio del Reino: El Poder y la Autoridad, vienen de Dios, quien capacita a los Suyos, para conquistar desafíos y enfrentar batallas.

David alaba al Señor como su roca y fortaleza, y maestro en la batalla; pero no habla solo de guerras físicas, sino de las luchas de la vida. Cada persona ha sido diseñada para reinar en su propósito, y Dios la entrena para ello.

También reflexiona sobre la fragilidad humana. ¿Por qué Dios, el Creador, se interesa en el hombre? Porque, aunque su vida es breve, tiene un propósito eterno. Por eso, David clama, pidiendo que Dios transforme la realidad de Su pueblo. No se centra en la necesidad, sino en la visión de un pueblo alineado con Dios: Con identidad, paz y abundancia. Donde Su Presencia gobierna, hay plenitud. Desafía al creyente a confiar en Dios para enfrentar batallas, y para reinar en medio de ellas. “Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es el Señor”, porque ha entendido que en Él está su destino y victoria.