OLIVOS BIEN PLANTADOS

Mar 11, 2024

SALMOS 52:6-9

6Los justos lo verán y se asombrarán;
    se reirán y dirán:
7«Miren lo que les pasa a los guerreros poderosos
    que no ponen su confianza en Dios,
sino que confían en sus riquezas
    y se vuelven más y más atrevidos en su maldad».

8Pero yo soy como un olivo que florece en la casa de Dios
    y siempre confiaré en su amor inagotable.
9Te alabaré para siempre, oh Dios,
    por lo que has hecho.
Confiaré en tu buen nombre
    en presencia de tu pueblo fiel.

Estimado lector: 

Estos versículos hacen referencia a aquellos que ponen su confianza en sus propias riquezas, inteligencia, fuerzas y habilidades, olvidándose de Dios. Serán objeto de burla y desprecio, ya que su necedad se hace evidente.

Olvidarse de Dios no solo conduce a decisiones erróneas, sino que también, al no tener a Dios en sus vidas, su inclinación al mal se vuelve inevitable, siendo atraídos hacia acciones incorrectas como un medio para lograr el éxito en sus propósitos.

Por el contrario, aquel cuya confianza está en Dios, que sigue la voluntad y el consejo divino, es como un olivo bien plantado, firme y arraigado en la casa del Padre. Para que un árbol florezca, necesita buena tierra, y no hay tierra más fértil que donde mora el Altísimo, ni mejor abono que obedecer su Palabra.

Para ser como un olivo verde, se debe vivir en la fe y tener a Dios como confianza. La misericordia y gracia experimentadas antes son evidencia de esto y testimonio para el futuro. Una actitud de paciente espera se genera cuando un creyente ha experimentado continuamente la bondad de Dios.