SALMOS 96:10-13
Digan a todas las naciones: «¡El Señor reina!».
El mundo permanece firme y no puede ser sacudido.
Él juzgará a todos los pueblos con imparcialidad.
11 ¡Que los cielos se alegren, y la tierra se goce!
¡Que el mar y todo lo que contiene exclamen sus alabanzas!
12 ¡Que los campos y sus cultivos estallen de alegría!
Que los árboles del bosque canten de alegría
13 delante del Señor, ¡porque él viene!
Viene a juzgar la tierra.
Juzgará al mundo con justicia
y a las naciones con su verdad.
Estimado lector:
El Salmo 96:10-13 es un himno de júbilo que invita a todas las naciones a reconocer y alabar al Señor como el Rey universal, destacando a Dios como un ser poderoso y justo que merece nuestra adoración.
El salmo subraya que Dios es el soberano de todo el universo. La invitación a “Digan a todas las naciones: ‘¡El Señor reina!'” es un llamado a proclamar esta verdad a todas las personas. Este llamado a la acción es urgente y no deja espacio para la indiferencia. El reinado de Dios no es solo un concepto teológico, sino una realidad con profundas implicaciones para la vida diaria de todos, creyentes o no, ya que nadie escapa a Su soberanía.
Otra idea central es el juicio de Dios. Al afirmar que Dios “juzgará a todos los pueblos con imparcialidad”, se nos recuerda que la justicia divina prevalecerá y que todos serán evaluados con la misma medida. Este juicio no debe causar temor, sino esperanza, ya que Dios juzgará con justicia y verdad. El creyente, consciente de su falta de mérito, encuentra justificación en Jesucristo.
En conclusión, la adoración y alabanza no solo implican cantar himnos para glorificar a Dios, sino también proclamar Su verdad a toda persona.