SALMOS 78:26-31
26 Soltó el viento del oriente en los cielos
y guio al viento del sur con su gran poder.
27 ¡Hizo llover tanta carne como si fuera polvo
y cantidad de aves como la arena a la orilla del mar!
28 Hizo caer las aves dentro del campamento
y alrededor de sus carpas.
29 El pueblo comió hasta saciarse;
él les dio lo que se les antojaba.
30 Pero antes de que saciaran su antojo,
mientras aún tenían la comida en la boca,
31 la ira de Dios aumentó contra ellos,
e hirió de muerte a sus hombres más fuertes;
derribó a los mejores jóvenes de Israel.
Salmos 78:26-31
Estimado lector:
El pasaje de este salmo presenta la historia de Israel como una parábola para vivir de manera que agrade a Dios y debe ser recibida con sabiduría. Enseña que no debemos ser como nuestros antepasados, que vieron la gloria de Dios en el desierto y luego fueron incrédulos y rebeldes. Por ello, sufrieron la disciplina divina. La Biblia dice en Salmos 103:8 (NTV): “El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y está lleno de amor inagotable”.
El salmo también muestra cómo Dios, en medio de la bendición, permitió que vivieran dificultades y penurias para que recapacitaran sobre su mala conducta, pero ni aun así cambiaron.
Debemos pedirle a Dios diariamente que nuestro corazón esté siempre sensible y dispuesto a escuchar Su voz, a guardar Su Palabra y a ponerla por obra