SALMOS 78:17-20
17 Sin embargo, ellos siguieron pecando contra él,
al rebelarse contra el Altísimo en el desierto.
18 Tercamente pusieron a prueba a Dios en sus corazones,
al exigirle la comida que tanto ansiaban.
19 Hasta hablaron en contra de Dios al decir:
«Dios no puede darnos comida en el desierto.
20 Por cierto, puede golpear una roca para que brote agua,
pero no puede darle pan y carne a su pueblo».
Estimado lector:
Durante el vagar en el desierto, Dios hizo repetidamente cosas grandes y asombrosas por el pueblo de Israel, desde sacarlos de Egipto hasta preservarlos en el desierto. Su fidelidad fue inmutable. Sin embargo, la respuesta de Israel fue seguir pecando y rebelándose contra el Señor. Dudaban del poder de Dios para aliviar sus necesidades, a pesar de todas las pruebas de Su omnipotencia, y solo pensaban en la satisfacción de sus apetitos carnales.
¡Qué triste realidad! Estas palabras revelan un tipo de incredulidad que también se observa entre los cristianos en la actualidad. Es una especie de ateísmo práctico por parte del pueblo de Dios. La naturaleza humana sigue siendo la misma: rebelde, ingrata y desobediente. ¡Qué fácil es caer en lo mismo cuando se vive descuidadamente y se duda de la fidelidad de Dios! Con un pequeño descuido, se puede terminar en la oscuridad más incierta. Correr a Cristo cada día es aprender de estos errores.