2 SAMUEL 2:12-17 (SALMO 17)
12 Cierto día, Abner dirigió a las tropas de Is-boset desde Mahanaim a Gabaón. 13 Por el mismo tiempo, Joab, hijo de Sarvia, salió al frente de las tropas de David. Los dos ejércitos se encontraron en el estanque de Gabaón y se sentaron frente a frente en lados opuestos del estanque.
14 Entonces Abner le sugirió a Joab:
—Propongo que algunos de nuestros guerreros se enfrenten aquí cuerpo a cuerpo delante de nosotros.
—Muy bien—asintió Joab.
15 Así que se eligieron doce hombres de cada grupo para pelear, doce hombres de Benjamín que representaban a Is-boset, hijo de Saúl, y doce que representaban a David. 16 Cada uno agarró a su oponente del cabello y clavó su espada en el costado del otro, de modo que todos murieron. A partir de entonces, ese lugar en Gabaón se conoce como el Campo de las Espadas.[b]
17 Ese día se desencadenó una feroz batalla, y las fuerzas de David derrotaron a Abner y a los hombres de Israel.
Estimado lector:
Había un conflicto entre el reino de Is-boset (hijo de Saúl, rey de Israel), y el reinado de David (rey de Judá); porque el primero se sentía amenazado por David, por acontecimientos del pasado. Los dos ejércitos, se encontraron en Gabaón: El de Is-boset, dirigido por Abner, un general rebelde e inmaduro; el de David, dirigido por Joab, pariente de David. Cada uno conformó un grupo con doce hombres, enfrentándose en una batalla competitiva e innecesaria. Muchos murieron, y finalmente obtuvieron la victoria los hombres de David.
Este suceso muestra cómo Abner y sus hombres, quienes fueron testigos de los desaciertos y la desobediencia de Saúl al Señor y, de la piedad de David en tantas ocasiones, persistían en el mismo pecado. Pero, aunque la batalla fue muy reñida y difícil, la victoria obtenida por David refleja cómo Dios lo llevaría al trono de Israel, tal como lo había planeado.
El creyente en sus procesos obtiene la victoria si escucha a Dios, sigue Su guía y le obedece; pero, sobre todo, si es paciente en la espera del cumplimiento de Sus promesas. Así revela su fe y el amor de Dios.