SALMOS 50:16-23
16Pero Dios dice a los perversos:
«¿Para qué se molestan en recitar mis decretos
y en fingir que obedecen mi pacto?
17Pues rechazan mi disciplina
y tratan mis palabras como basura.
18Cuando ven ladrones, les dan su aprobación,
y se pasan el tiempo con adúlteros.
19Tienen la boca llena de maldad,
y la lengua repleta de mentiras.
20Se la pasan calumniando a su hermano,
a su propio hermano de sangre.
21Mientras ustedes hacían todo esto, yo permanecí en silencio,
y pensaron que no me importaba.
Pero ahora los voy a reprender;
presentaré todas las acusaciones que tengo contra ustedes.
22Arrepiéntanse todos los que se olvidan de mí,
o los despedazaré
y nadie los ayudará.
23Pero el dar gracias es un sacrificio que verdaderamente me honra;
si permanecen en mi camino,
les daré a conocer la salvación de Dios».
Estimado lector:
Este salmo, es del salmista Asaf, profeta en sus composiciones musicales. En tiempos de David y Salomón, proclamaba la venida del SEÑOR ETERNO, SUBLIME, CORONADO DE GLORIA Y MAJESTAD.
Se acerca el día en que Dios pondrá en orden los pecados de infancia, juventud y vejez, para eterna vergüenza. Aquellos olvidadizos de Dios, entregados a la maldad o negligentes a la salvación, deberían tener en cuenta que, aunque la paciencia del Señor es muy grande, si los pecadores no no se arrepienten, se les hará ver su error cuando sea demasiado tarde. Los que se olvidan de Dios, se olvidan de sí mismos.
El principal objetivo del hombre es glorificar y alabar a Dios (en palabras y obras), quien recibe gustoso los sacrificios espirituales, por medio del Sumo Sacerdote, el Señor Jesús. Hay que ser fervientes en espíritu, alabando al Señor, y recibiendo Su Misericordia con gratitud.
Sería bueno preguntarse: ¿En qué nivel están esa fidelidad y ese pacto con Él?
Hay que recordar que Él viene por Su iglesia, y que hay que vivir como SIERVOS APROBADOS, cubiertos por Su JUSTICIA DIVINA.