SALMOS 107:4-9
Algunos vagaban por el desierto,
perdidos y sin hogar.
5 Con hambre y con sed,
estaban a punto de morir.
6 «¡Socorro, Señor!», clamaron en medio de su dificultad,
y él los rescató de su aflicción.
7 Los llevó directo a un lugar seguro,
a una ciudad donde pudieran vivir.
8 Que alaben al Señor por su gran amor
y por las obras maravillosas que ha hecho a favor de ellos.
9 Pues él satisface al sediento
y al hambriento lo llena de cosas buenas.
Estimado Lector,
El paso de Israel por el desierto no fue un viaje hacia algún lugar habitado; sino un vagar lejos de todo camino y vereda, en un laberinto interminable de desolación. Estuvieron perdidos sin encontrar nada, así como el pecador vaga, perdido en el pecado; y, al despertar, se encuentra vacío y solo.
En la angustia del desierto, los redimidos clamaron en medio de sus aflicciones, y Dios respondió y los libró de ellas, dirigiéndolos a un lugar seguro y habitable, supliendo todas sus necesidades. Enderezó su camino llevándolos a la ciudad, y proporcionándoles refugio, comida y bebida.
La bondad de Dios para con los que regresan por el desierto debería dar a todos una razón especial para agradecerle por Sus obras maravillosas para con ellos. El creyente, debe agradecer a Dios, no solo por lo que obra