LA BENIGNIDAD DE DIOS QUE CUBRE EL PECADO

May 23, 2024

2 SAMUEL 12:26-31   (SALMOS 39 Y 21)

26 Mientras tanto, Joab luchaba contra la ciudad de Rabá, la capital de Amón, y tomó las fortificaciones reales.[e] 27 Entonces Joab envió mensajeros a David para decirle: «He peleado contra Rabá y he capturado el suministro de agua.[f] 28 Ahora traiga al resto del ejército y tome la ciudad; de lo contrario, yo seré quien la conquiste y reciba el reconocimiento por la victoria».

29 Entonces David reunió al resto del ejército y fue a Rabá, peleó contra la ciudad y la tomó. 30 David quitó la corona de la cabeza del rey[g] y la colocaron sobre la de él. La corona estaba hecha de oro con gemas incrustadas y pesaba treinta y cuatro kilos.[h] Además, David se llevó un enorme botín de la ciudad. 31 También hizo esclavos a los habitantes de Rabá y los forzó a trabajar con[i] sierras, picos y hachas de hierro, y a trabajar en los hornos de ladrillos.[j] Así trató a la gente de todas las ciudades amonitas. Luego David regresó a Jerusalén con todo el ejército

Estimado lector:

El relato del triunfo de David sobre la capital de los amonitas se entrelaza con la historia de su pecado con Betsabé y sus consecuencias. David es llamado al campo de batalla, cumpliendo su deber, donde siempre debió estar. Aunque Dios le permite capturar una ciudad ya debilitada, David aún no se arrepiente. Esto muestra cómo la gracia y la misericordia de Dios a menudo cubren las acciones de aquellos que no están en línea con sus estándares, ya que su bondad lleva al arrepentimiento.

Este relato se relaciona con los Salmos 21 y 39, donde se celebra la fidelidad de Dios a pesar de nuestras transgresiones y se ruega por su misericordia.