JESÚS, REY EXALTADO
SALMOS 47:1-4
47 ¡Vengan todos! ¡Aplaudan!
¡Griten alegres alabanzas a Dios!
2 Pues el Señor Altísimo es imponente;
es el gran Rey de toda la tierra.
3 Él subyuga a las naciones frente a nosotros;
pone a nuestros enemigos bajo nuestros pies.
4 Escogió la Tierra Prometida como nuestra herencia y posesión,
el orgullo de los descendientes de Jacob, a quienes ama.
Estimado lector:
Este salmo es una invitación a a alabar a Dios, por lo que Él es, por lo que ha hecho en el hombre y por toda la tierra. Solo Dios, el Todopoderoso, el que descendió de los cielos con poder y gran fuerza para librar a su pueblo, es digno de toda alabanza, toda aclamación y toda exaltación.
Este llamado es para todas las naciones, convocándolas para aclamar su nombre Santo, porque todas le pertenecen, y Él cuida de ellas, librándolas de los enemigos, brindándoles su amor, y un día vendrá en Gloria para gobernarlas.
Si el creyente tiene la intimidad y comunión con Dios, como la tenía David, no solamente podrá experimentar su presencia, sino que podrá descubrir su mover en cada etapa de su vida, desde que lo eligió para ser parte de su redil hasta su último día aquí en la tierra. Dios quiere que cada día madure espiritualmente, crezca en su conocimiento y poder para poder cumplir el propósito que tiene en cada uno de ellos aquí, en la tierra, pero sobre todo Él quiere que experimente su amor y cuidado, que reconozca su autoridad sobre todas las cosas y se llene de su Gloria. ¿No es esto motivo suficiente para alabarlo y exaltarlo?