1 SAMUEL 21:11-15 (SALMO 56)
11 Pero a los oficiales de Aquis no les agradaba que David estuviera allí. «¿No es este David, el rey de la tierra?—preguntaron—. ¿No es este a quien el pueblo honra con danzas, y canta:
“Saúl mató a sus miles,
y David, a sus diez miles”?».
12 David oyó esos comentarios y tuvo mucho miedo de lo que el rey Aquis de Gat pudiera hacer con él. 13 Así que se hizo pasar por loco, arañando las puertas y dejando que la saliva escurriera por su barba.
14 Finalmente, el rey Aquis le dijo a sus hombres:
—¿Tienen que traerme a un loco? 15 ¡Ya tenemos suficientes de ellos aquí! ¿Por qué habría de permitir que alguien como él sea huésped en mi casa?
Estimado Lector:
Después de pasar un tiempo en la ciudad de Nob, tomaron prisionero a David en Gat, tierra filistea donde habría nacido Goliat; allí, por temor a los comentarios de los oficiales del rey de Gat, Aquis o Abimelec, David actuó haciéndose pasar por loco, con ademanes de animal y deshonrando su barba con saliva sobre ella. Aunque este rey de la ciudad de Gat años después ayudase a David, en este momento lo declaró demente y ordenó que lo dejaran en libertad, y él huyó a una cueva en Adulam.
Tanto en el Salmo 34 (hecho cuando David muda su semblante y actúa delante del rey Aquis o Abimelec) como en el Salmo 56 (cuando es capturado por los filisteos de Gat), David hizo notar que clamó a Dios y Él lo escuchó y lo libró. Parece ser que Dios le dio la estrategia que le brindó una salida y el lugar para comenzar a reclutar su posterior ejército, el cual lo ayudaría a sentarse en el trono tiempo después.
Este es un claro ejemplo de que cuando el creyente clama, Dios responde, y cuando le cuenta detalladamente la situación y se humilla en su socorro, Dios provee ideas y prepara cosas que siempre servirán para propósitos mayores.