SALMOS 109:26-29
26 ¡Ayúdame, oh Señor mi Dios!
Sálvame a causa de tu amor inagotable.
27 Haz que vean que esto proviene de ti,
que tú mismo lo has hecho, Señor.
28 Entonces que me maldigan si quieren,
¡pero tú me bendecirás!
Cuando me ataquen, ¡serán deshonrados!
¡Pero yo, tu siervo, seguiré alegrándome!
29 Que mis acusadores se vistan de vergüenza;
que la humillación los cubra como un manto.
Estimado lector:
Este pasaje muestra a David rogándole a Dios, que lo librara de sus perseguidores; especialmente de uno, que podía ser el Rey Saúl.
David reconocía que lo perseguían; pero tenía muy claro en su corazón, que Dios siempre mostraría Su misericordia sobre él, y que podía librarlo de la mano de sus perseguidores. Además, confiaba en que la protección de Dios es tan grande, que quienes lo perseguían, reconocerían que la Mano del Todopoderoso era quien lo guardaba.
El salmista le pedía a Dios, que cuando sus enemigos intentaran poner en práctica sus diseños malévolos, fracasaran y quedaran cubiertos con un manto de vergüenza y humillación.