SALMOS 40:6-12
6 No te deleitas en sacrificios ni en ofrendas.
Ahora que me has hecho escuchar, finalmente entiendo[a]—
no necesitas holocaustos ni ofrendas por el pecado.
7 Entonces dije: “Mira, ya he venido.
Como está escrito sobre mí en las Escrituras:
8 Me gozo en hacer tu voluntad, Dios mío,
porque tus instrucciones están escritas en mi corazón”.
9 He hablado a todo tu pueblo de tu justicia.
No he tenido miedo de hablar,
como tú, oh Señor, bien sabes.
10 No he guardado escondidas en mi corazón las buenas nuevas de tu justicia;
He hablado de tu fidelidad y poder salvador.
Se lo he dicho a todos en la gran asamblea
de tu amor y fidelidad inagotables.
11 Señor, no retengas de mí tus tiernas misericordias.
Que tu amor inagotable y tu fidelidad me protejan siempre.
12 Porque me rodean problemas,
¡demasiados para contar!
Mis pecados se acumulan tan alto
No puedo ver la salida.
Superan en número a los pelos de mi cabeza.
He perdido todo coraje.
Estimado lector:
David expresó su servicio, e hizo referencia a las clases de sacrificios:
·Sacrificio (ofrendas hechas con sangre).
·Ofrenda (ofrendas hechas sin sangre).
·Holocausto (ofrendas de consagración total).
·Expiación (ofrenda para expiar el pecado).
En lugar de sacrificios de animales, Dios quiere siervos que lo escuchen y se entreguen a Él, como un esclavo voluntario se entrega a su amo.
David necesitaba este suministro constante de la misericordia y verdad de Dios, porque conocía sus propias debilidades. Le pedía a Dios que no lo dejara con sus muchos pecados (Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza), sino que lo librara en misericordia.
Isaías 50:5, “El Señor Dios me abrió los oídos, y no fui rebelde, ni me alejé”.
El sacrificio, habla del buen siervo que escucha a su amado. Hay que preguntarse, si se ha aprendido o no, a escuchar la voz de DIOS.