SALMOS 99:1-5
¡El Señor es rey!
¡Que tiemblen las naciones!
Está sentado en su trono, entre los querubines.
¡Que se estremezca toda la tierra!
2 El Señor se sienta con majestad en Jerusalén,[a]
exaltado sobre todas las naciones.
3 Que ellas alaben tu nombre grande y temible.
¡Tu nombre es santo!
4 Rey poderoso, amante de la justicia,
tú has establecido la imparcialidad.
Has actuado con justicia
y con rectitud en todo Israel.[b]
5 ¡Exalten al Señor nuestro Dios!
¡Póstrense ante sus pies porque él es santo!
Estimado lector:
El reinado de Dios manifestado en este texto es una evidencia clara de que no se trata en ningún caso de un reinado aislado o, del cual no se deba estar apercibido. Por el contrario, es un reinado vigente, activo y, hay que tener claro que, se encuentra en constate acción.
Dios mismo en Su Majestad, está de manera constante sobre Su pueblo. Y Su pueblo, debe vivir en constante adoración para con Él; una adoración, que va más allá de cánticos o palabras; una adoración, que se debe enmarcar en una profunda necesidad e intención de vivir conforme a Su voluntad, conforme a Su palabra.
Su santidad muestra que Él está por encima de todo y, esa verdad, debe dar la suficiente paz y tranquilidad para descansar en la confianza de que Su justicia es suficiente, y Su voluntad es buena, agradable y perfecta.
Así se puede vivir de manera confiada, reconociendo que Su perfecto amor echará fuera todo temor, ¡Porque nuestro Rey vive y vivirá eternamente!