¡DISFRUTANDO A DIOS!

Jun 29, 2024

SALMOS 73:25-28

25 ¿A quién tengo en el cielo sino a ti?
    Te deseo más que cualquier cosa en la tierra.
26 Puede fallarme la salud y debilitarse mi espíritu,
    pero Dios sigue siendo la fuerza de mi corazón;
    él es mío para siempre.

27 Los que lo abandonen, perecerán,
    porque tú destruyes a los que se alejan de ti.
28 En cuanto a mí, ¡qué bueno es estar cerca de Dios!
    Hice al Señor Soberano mi refugio,
    y a todos les contaré las maravillas que haces.

Estimado lector, 

Este pasaje expresa el anhelo profundo del salmista por Dios y por la eternidad. Intelectualmente, el salmista comprendía que en el cielo había muchas bendiciones, como ángeles, moradas, calles de oro y la compañía del pueblo de Dios. Sin embargo, todo eso palidecía en comparación con la presencia de Dios. Para el salmista, Dios era tanto una esperanza celestial como un deseo terrenal.

En el antiguo Israel, los sacerdotes disfrutaban de un estado privilegiado al tener al Señor como su ‘parte’ y ‘herencia’ (Números 18:20). Aunque no poseían tierras, eran provistos por los diezmos y las ofrendas del Señor. La visita a la casa del Señor le dio al salmista entendimiento y una perspectiva eterna, haciéndole ver el gran beneficio de acercarse a Dios, lo cual antes dudaba (versículo 13).

El salmista declaró que, aunque otras personas buscaban consuelo en el vino, amigos, o se sumergían en la melancolía o vanidad, para él lo mejor era acercarse a Dios. La santidad en la tierra precede a la felicidad en los cielos. Quien no glorifica a Dios en la tierra no disfrutará de Él en el cielo. Sin Dios, el hombre está vacío, sin importar las riquezas o comodidades del mundo. Sin Cristo, no se tiene nada.