DIOS DE JUSTICIA, GOZO Y ESPERANZA.
SALMOS 43:1-5
43 ¡Declárame inocente, oh Dios!
Defiéndeme contra esta gente que vive sin ti;
rescátame de estos mentirosos injustos.
2 Pues tú eres Dios, mi único refugio seguro.
¿Por qué me hiciste a un lado?
¿Por qué tengo que andar angustiado,
oprimido por mis enemigos?
3 Envía tu luz y tu verdad,
que ellas me guíen.
Que me lleven a tu monte santo,
al lugar donde vives.
4 Allí iré al altar de Dios,
a Dios mismo, la fuente de toda mi alegría.
Te alabaré con mi arpa,
¡oh Dios, mi Dios!
5 ¿Por qué estoy desanimado?
¿Por qué está tan triste mi corazón?
¡Pondré mi esperanza en Dios!
Nuevamente lo alabaré,
¡mi Salvador y mi Dios!
Estimado lector:
El creyente debe tener claro quién es Dios en su vida. En este salmo se pueden encontrar cinco atributos con los que Dios se revela ante el hombre.
1) El referirse a Dios (Elohim) como su Juez, significa que el creyente confiadamente espera que sea Dios quien le defienda y quien decida su causa.
2) El hablar de su Fuerza significa que para el creyente Dios es su fortaleza, que se expresa como protección, refugio y amparo. La debilidad es no tener la protección de Dios. El creyente muchas veces se siente solo y desanimado, y eso el salmista lo entiende como debilidad, por eso se debe buscar la fortaleza que viene de Dios.
3) El hablar que le Guía, significa que el creyente solamente puede ser dirigido por el Espíritu Santo a la Presencia del Padre, a través de la luz y la verdad que proceden de Él.
4) Dios representa el Gozo del creyente, pero no es una vana alegría sino un gozo verdadero. El creyente que se encuentra en la presencia de Dios manifiesta en su vida esa paz que sobrepasa todo entendimiento y este es contento presente y permanente.
5) Dios es la Esperanza del creyente. El creyente genuino reconoce que solamente Dios es su confianza, quien le quita la tristeza y le cura de la ansiedad.
Muchas veces el creyente se siente abatido por las circunstancias que vive, pero debe saber que siempre puede encontrar justicia y gozo en la presencia de Dios, quien le ama, le defiende y le restaura.