DEBEMOS CONFIAR EN DIOS

Mar 19, 2024

SALMOS 55:16-21

16Pero clamaré a Dios,
    y el Señor me rescatará.
17Mañana, tarde y noche
    clamo en medio de mi angustia,
    y el Señor oye mi voz.
18Él me rescata y me mantiene a salvo
    de la batalla que se libra en mi contra,
    aunque muchos todavía se me oponen.
19Dios, quien siempre ha gobernado,
    me oirá y los humillará. Interludio
Pues mis enemigos se niegan a cambiar de rumbo;
    no tienen temor de Dios.

20En cuanto a mi compañero, él traicionó a sus amigos;
    no cumplió sus promesas.
21Sus palabras son tan suaves como la mantequilla,
    pero en su corazón hay guerra.
Sus palabras son tan relajantes como una loción,
    ¡pero por debajo son dagas!

Estimado lector: 

Este Salmo de lamento fue hecho por David en medio de una situación muy difícil, donde no había autoridad en Israel. Muchos amenazaban su vida y la anarquía afligía a la ciudad: luchas, violencia, iniquidad y malicia, destrucción, opresión y engaño acechaban en las murallas y en las calles. La rebelión de Absalón y la traición de Ahitofel contra David dejaron a la ciudad sin autoridad. La crisis era tal que él repetía su oración en cada hora establecida para la adoración en el templo.

A David se le aseguró, quizá por un sacerdote o profeta, que Dios nunca deja que sus fieles caigan, y que Dios llevaría a sus enemigos hasta la fosa.

Orar en la mañana, en la tarde y en la noche es sin duda una manera excelente de mantener prioridades legítimas a lo largo de cada día. Las oraciones del pueblo de Dios son el arma principal contra el mal que abruma al mundo. 

La mezcla de petición y lamento en la primera parte del Salmo refleja la tempestad interna que David sufría, en contraste con el tono calmado de seguridad con el que terminó la oración. Incluso aquellos que están especialmente cerca de Dios, como David, tienen momentos en los que desean huir de todo y escapar de los problemas y presiones de la vida.

Dios quiere llevar las cargas, pero a menudo seguimos llevándolas nosotros mismos, incluso cuando decimos que confiamos en Él. Confíe en que la misma fuerza que lo sostiene también puede llevar sus cargas.