SALMOS 70:1-5
Por favor, Dios, ¡rescátame!
Ven pronto, Señor, y ayúdame.
2 Que los que tratan de matarme
sean humillados y pasen vergüenza.
Que los que se deleitan en mis dificultades
retrocedan con deshonra.
3 Que su vergüenza los horrorice,
porque dijeron: «¡Ajá! ¡Ahora sí lo atrapamos!».
4 Pero que todos aquellos que te buscan
estén llenos de alegría y de felicidad en ti.
Que los que aman tu salvación
griten una y otra vez: «¡Grande es Dios!».
5 En cuanto a mí, pobre y necesitado,
por favor, Dios, ven pronto a socorrerme.
Tú eres mi ayudador y mi salvador;
oh Señor, no te demores.
Estimado lector,
El Salmo 70 es una oración de auxilio y liberación atribuida a David, quien enfrentaba un momento de persecución y dificultad. Es probable que estuviera sufriendo la persecución del Rey Saúl, la traición de Doeg el edomita o la rebelión de Absalón. Este salmo es similar al Salmo 40:12-17, donde David también pidió auxilio y liberación. En el Salmo 70, David clamó nuevamente a Dios por un rescate urgente, solicitando que trajera vergüenza y confusión sobre sus enemigos como escarmiento. Asimismo, pidió gozo y liberación para sí mismo, así como guía y apoyo continuos.
La oración de David se caracterizó por:
• Humildad: David reconoció su debilidad y la necesidad urgente de tener a Dios de su lado.
• Confianza: David demostró que su confianza residía únicamente en Dios.
• Consistencia: David fue constante en su oración a Dios.
Este texto enseña que el creyente debe pedir siempre el apoyo de Dios, especialmente en las circunstancias difíciles. Es diferente atravesar los valles de sombras de la mano de Dios. Quien ama a Dios puede confiar en su soberanía y fidelidad, como lo hizo David, y pedir su auxilio en momentos de necesidad.