SALMOS 147:1-6
Alabad a JAH,
1 Porque es bueno cantar salmos a nuestro Dios;
Porque suave y hermosa es la alabanza.
2 Jehová edifica a Jerusalén;
A los desterrados de Israel recogerá.
3 Él sana a los quebrantados de corazón,
Y venda sus heridas.
4 Él cuenta el número de las estrellas;
A todas ellas llama por sus nombres.
5 Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder;
Y su entendimiento es infinito.
6 Jehová exalta a los humildes,
Y humilla a los impíos hasta la tierra.Read full chapter
Estimado lector:
El salmista comienza resaltando la bondad y la idoneidad de alabar al Señor. Cantar alabanzas no solo es una expresión de gozo, sino también una respuesta apropiada al carácter y las obras de Dios.
La mención de sanar a los quebrantados de corazón y vendar sus heridas muestra que Su restauración alcanza un nivel personal. Dios es presentado como un sanador compasivo que se preocupa profundamente por quienes se acercan a Él en su dolor.
Para que el creyente pueda comprender y admirar la grandeza de Dios, el salmista enfatiza Su omnipotencia y omnisciencia. La imagen de Dios contando y nombrando las estrellas ilustra Su conocimiento íntimo y Su control absoluto sobre el universo.
Más adelante, el salmo contrasta el trato de Dios hacia los humildes y los malvados. Los humildes, aquellos que con un corazón rendido buscan Su presencia y favor, son protegidos y exaltados. Dios les responde en su necesidad, les da fortaleza en la debilidad y los resguarda con Su cuidado.
Por el contrario, quienes confían en sus propias fuerzas, conocimientos, poder y recursos se vuelven arrogantes y altivos. Como lo señala reiteradamente la Palabra de Dios, estos son mirados de lejos, humillados y llevados a ser de baja estima ante el Padre.