SALMOS 71:4-6
4 Dios mío, rescátame del poder de los perversos,
de las garras de los crueles opresores.
5 Oh Señor, solo tú eres mi esperanza;
en ti he confiado, oh Señor, desde mi niñez.
6 Así es, estás conmigo desde mi nacimiento;
me has cuidado desde el vientre de mi madre.
¡Con razón siempre te alabo!
Estimado lector,
Estos versículos se basan en el Salmo 31:8-10: “Dios mío, rescátame del poder de los perversos”, refiriéndose a Absalón, su hijo, quien se había rebelado contra él; y posiblemente también a todos los hombres malvados que se unieron a él.
“En ti he confiado, oh SEÑOR, desde mi niñez” significa que siempre había confiado en Dios y siempre había encontrado en Él una ayuda. Todo lo que era y todo lo que poseía se lo debía a Dios; y ahora sentía que Dios había sido su protector desde sus primeros años.
“Me has cuidado desde el vientre de mi madre” sugiere que, dado que Dios lo había sostenido desde sus primeros años, y había mostrado su poder y cuidado, había motivos para orar para que Dios lo mantuviera y protegiera en su vejez.
Al igual que David, podemos confiar hoy en un Dios que ha estado con nosotros desde el momento en que nacimos y a lo largo de nuestra existencia. Son muchos los momentos en los que la mano de Dios ha estado con nosotros, conscientes o no de ello. Podemos afirmar que Dios está de nuestro lado y vela por nosotros.