SALMOS 116: 15-19
15 Al Señor le conmueve profundamente
la muerte de sus amados.
16 Oh Señor, soy tu siervo;
sí, soy tu siervo, nací en tu casa;
me has liberado de mis cadenas.
17 Te ofreceré un sacrificio de agradecimiento
e invocaré el nombre del Señor.
18 Cumpliré mis votos al Señor
en presencia de todo su pueblo,
19 en la casa del Señor,
en el corazón de Jerusalén.
Estimado lector:
¿Cuántas veces se ha estado en peligro o en situaciones difíciles, y se ha podido salir de ellas reconociendo que sólo Dios fue quien intervino?
David, en este Salmo, expresa su gratitud hacia Dios, por haberlo librado de situaciones difíciles y hasta de la misma muerte. Ese sentimiento de gratitud, brota del corazón de todos los que han experimentado la salvación del Señor.
El creyente fiel y agradecido, expresa su gratitud mediante su amor, lealtad, vida recta, acción de gracias y una firme determinación de obedecer al Señor.
Sin embargo, la muerte es algo inevitable. Y, frente a ella (Vs.15), el Señor cuida con esmero la vida de Sus fieles, permitiéndoles sentir Su presencia en los momentos de agonía. La misma muerte, es de gran valor para el Señor, ya que por medio de ella, libera a sus santos de todo mal, llevándolos al cielo, con la victoria bendita para ver a Jesucristo cara a cara, ¡¡ qué mayor recompensa que esto…!!!!!
NO HAY NAD