SALMOS 95:1-7
¡Vengan, cantemos al Señor!
Aclamemos con alegría a la Roca de nuestra salvación.
2 Acerquémonos a él con acción de gracias.
Cantémosle salmos de alabanza,
3 porque el Señor es Dios grande,
un gran Rey sobre todos los dioses.
4 En sus manos sostiene las profundidades de la tierra
y las montañas más imponentes.
5 El mar le pertenece, pues él lo creó;
sus manos también formaron la tierra firme.
6 Vengan, adoremos e inclinémonos.
Arrodillémonos delante del Señor, nuestro creador,
7 porque él es nuestro Dios.
Somos el pueblo que él vigila,
el rebaño a su cuidado.
¡Si tan solo escucharan hoy su voz!
Estimado lector:
El salmista invita con su enseñanza, a adorar postrados al Señor. Aprendizaje que se debe acatar, y convertir en una disciplina diaria; porque Él es el Creador, y hay que “rendirse” a Él, con amor y respeto. Y si se desea escuchar la Voz del Hacedor, es más fácil postrados que sobre los pies.
Este salmo, es una invitación, a buscar y permanecer en todo momento protegidos y guardados en las Manos del Señor; pero, sin embargo, y de igual manera, hay una clara advertencia ante el hecho de desistir de todo aquello que hay que Dios ordena.
Cuando se adquieren la disciplina y el hábito de buscar y permanecer en la Su presencia, puede observarse con detalle alrededor, y también de manera individual, si cada fragmento de la vida va tomando el rumbo adecuado.