2 SAMUEL 19:9-10 (SALMO 71)
9 Y por todas las tribus de Israel había mucha discusión y disputa. La gente decía: «El rey nos rescató de nuestros enemigos y nos salvó de los filisteos, pero Absalón lo echó del país. 10 Ahora Absalón, a quien ungimos para que nos gobernara, está muerto. ¿Por qué no pedirle a David que regrese y sea nuestro rey otra vez?»
Estimado lector:
David sobrevivió al intento de derrocamiento de su hijo Absalón, pero el trono aún no le era restaurado. Existían tres partidos: Los realistas, adeptos a David; los que siguieron a Absalón, y los indiferentes a la dinastía davídica. David tenía razones para no regresar como triunfador y ascender nuevamente al trono. Era necesaria una reelección.
David se quedó por algún tiempo al otro lado del Jordán, esperando ser invitado a volver.
Las tribus de Israel estaban de acuerdo en lo que David había hecho por ellos, y entendían que lo habían rechazado para recibir a Absalón, que solo había traído desdicha y confusión, y que ahora estaba muerto.
De la misma manera, a menudo los cristianos solo deciden traer de vuelta al verdadero Rey de Reyes y Señor de señores Jesucristo, cuando sus falsos reyes (trabajo, negocio, cónyuge, hijos), fallan.
Cristo no debería ser la última opción, sino la prioridad en la vida del creyente, si este en verdad ha declarado y creído, que Jesús es su Señor y Salvador (Romanos 10:9-10).